Luis Icarte Muñoz Vicesuperintendente del CBI |
Caen los timbres de un día cualquiera
sale el bombero tras de la alarma
sin saber lo que el destino le depara.
La Compañía forma su retirada
todos responden firme a la lista
sólo un bombero no responde a su nombre
el silencio inunda las filas.
Un nudo a sus compañeros les cruza la garganta
hay un hombre que falta
en ese bombero que tras las llamas queda
es ese bombero que quizás a la muerte no le temía.
Llega su cuerpo a la bomba
sus compañeros forman la guardia mortuaria
las lágrimas recorren las mejillas de algunos
en otros, la angustia cubre sus rostros
el dolor, en el fondo los embarga a todos.
Llegó la hora del adios final
sus compañeros forman en un emotivo funeral
unas cortas palabras hablarán de él
las que al viento se irán después
pero en la memoria de muchos quedará
el nombre del voluntario que se fue.
Hasta Siempre don Luis...
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